Las venas varicosas son la aparición de venas hinchadas y agrandadas de color azul oscuro o púrpura, que se presentan principalmente en las piernas y los pies. La causa principal de las venas varicosas ocurre cuando las válvulas en sus venas que se abren con el flujo sanguíneo se dañan o debilitan. A medida que las venas regresan la sangre a su corazón desde la sangre transportada desde las arterias, la sangre en las piernas debe moverse hacia el corazón, teniendo que moverse contra la gravedad. Por lo tanto, esto hace que la sangre se mueva hacia atrás y se acumule de nuevo en la vena, dañando la válvula y haciendo que las venas se estiren o retuerzan. Aunque esto suena muy alarmante, normalmente no causan dolor ni molestia, y los que comúnmente buscan tratamiento buscan ese aspecto estético. Sin embargo, un pequeño porcentaje de personas experimenta dolor y malestar por estas venas. Este dolor puede presentarse con sensaciones de ardor o palpitaciones en la pierna, hinchazón, calambres musculares o picazón y dolor en las piernas.
Las venas varicosas pueden afectar a cualquier persona; sin embargo, tienen un mayor riesgo con la edad, el embarazo y la obesidad. La edad y la obesidad pueden hacer que estas válvulas se debiliten con la presión adicional. Además, los cambios hormonales tienen un gran impacto en las venas varicosas. Cuando las mujeres pasan por el embarazo, la ovulación, la menopausia o tienen métodos médicos de control de la natalidad, esta oleada de hormonas afloja estas válvulas, lo que aumenta el riesgo de estas venas dilatadas. Con el embarazo, su volumen de sangre aumenta drásticamente y cuando se combina con las válvulas debilitadas causadas por los cambios hormonales, el riesgo de varices es alto. Si bien el 20% de los adultos se ven afectados por las venas varicosas, existen tratamientos que puede realizar para prevenir su presencia. Estar sentado o de pie por largos períodos de tiempo causa una mala circulación, participar en el ejercicio regular promueve una circulación sanguínea positiva, permitiendo que la sangre recolectada se mueva por las venas. El ejercicio es un gran tratamiento para las várices, ya que ayuda a disminuir la presión arterial y a combatir la obesidad, dos factores adicionales a las venas varicosas. Muchos se benefician con el uso de medias de compresión que aplican presión adicional a las piernas, ayudando a que los músculos y las venas muevan la sangre fácilmente a través de las venas. Con respecto a la dieta, alejarse de los alimentos ricos en sodio y consumir más alimentos ricos en potasio y flavonoides para reducir la retención de agua, mejorar la circulación sanguínea y, de nuevo, ayudar con la obesidad. La reducción de la presión arterial y la relajación de los vasos sanguíneos contribuyen enormemente a la prevención de las várices. Si el dolor no disminuye con los tratamientos enumerados, se recomienda visitar a su médico para buscar tratamiento médico.
En IBI Healthcare Institute, usted puede tratar sus venas varicosas con el procedimiento VenaCure EVLT. El procedimiento no requiere hospitalización y da como resultado una cicatriz mínima o nula, una recuperación prolongada y efectos secundarios mínimos o nulos. El procedimiento VenaCure EVLT es seguro, rápido y efectivo, y demora menos de una hora en completarse. Después de mapear sus venas con un ultrasonido, su médico usará la energía del láser para sellar la vena. El procedimiento EVLT se realiza insertando una delgada fibra láser a través de un pequeño punto de entrada, generalmente cerca de la rodilla. Inmediatamente después del procedimiento, puede esperar que sus actividades diarias normales se reanuden. Sin embargo, absténgase de levantar objetos pesados, ya que ejerce una gran presión sobre sus piernas. Caminar después se recomienda, ya que sentarse o estar de pie durante largos períodos de tiempo puede causar un flujo sanguíneo irregular, lo que provoca el desarrollo de venas varicosas. Si tiene varices, ¡programe una cita con IBI Healthcare Institute hoy mismo!
